La navidad que no fue.
El 21 de diciembre de 1998 la enfermedad causada por la vejez y el desaliento que le daba ya vivir, fueron causantes de la muerte de uno de los grandes personajes que han transitado por mi vida. Ese día, en las postrimerías del año, invadidos por el ambiente navideño, mientras el olor a pólvora se apoderaba de la atmósfera y el incesante sonido de la guachafita (de las que se arman después de una novena) zumbaba en el oído; se iba para siempre de este plano, uno de los mejores amigos que haya podido tener. Fué uno de los momentos más difíciles que he tenido que enfrentar. Súbitamente una relación cultivada por once años se vió desterrada eternamente; para después ser vivida solamente por medio de recuerdos, de una revisión constante de fotografías, de una recomposición de sonidos de los momentos compartidos… en fin, lo que en últimas siempre deja una inesperada pero inevitable despedida. A mi me tocó la funesta (y miedosa por demás) situación de verlo agonizar, y tratar de q